Diario Turístico
Primer Diario Turístico de Salta

Quién fue Macacha Güemes

Valerosa mujer que fue mano derecha, amiga y hasta mediadora del líder salteño

1.326

Macacha Güemes fue la valerosa mujer, hermana, mano derecha, amiga y hasta mediadora del líder salteño
En la vida de Martín Miguel de Güemes sobresale la figura de su hermana. Muy unidos desde la infancia, la mujer se transformó su principal colaboradora, quien lo aconsejaba y hasta en un ministro sin cartera cuando su hermano fue gobernador.

Datos de su vida

Macacha Güemes, la hermana del líder salteño, fue una pieza clave en la vida política y militar de su hermano.
Tenían mucho en común, y no sólo porque fueran hermanos. Desde niños fueron amigos y compinches inseparables. Ella era dos años menor y desde muy chica había aprendido a leer y a escribir gracias a las enseñanzas de su papá. Con el correr de los años ella se transformaría en su mano derecha, en un ministro sin cartera cuando su hermano gobernador salía de campaña, y hasta mediadora de paz. El apodo puesto por la familia cuando era una criatura fue marca registrada en Salta y Jujuy. Lo cierto es que Magdalena Dámasa Güemes –Macacha- fue una mujer muy importante con la que contó el líder salteño. Resulta imposible contar la vida de uno sin mencionar la del otro.

Cuando nació el 11 de diciembre de 1787 pasó a ser la primera mujer de ocho hermanos. Su papá Gabriel de Güemes Montero era un hacendado y tesorero real de la corona española y su mamá Magdalena Goyechea, descendiente de conquistadores españoles. Habían formado una familia acomodada y tradicional.

Le faltaban un par de meses para cumplir los 16 años cuando se casó con el militar Román Tejada Sánchez, también perteneciente a un linaje de raigambre local. Su carácter se puso de relieve cuando lo defendió al ser confinado a Famatina por una supuesta ofensa a un suboficial, el sargento José Luis Pacheco. Fue tal su defensa que el castigo terminó siendo revocado.

Espía , política y mediadora

Macacha nunca fue la sombra de su hermano, sino que trabajó a su par. Cuando estalló la Revolución de Mayo, los Güemes fueron de los primeros en transformarse en sus fervientes partidarios. El 22 de agosto de ese año Martín Miguel partió, al frente de la Partida de Observación hacia la quebrada de Humahuaca, a fin de prepararle el terreno al ejército auxiliador que venía desde Buenos Aires. Su hermana acondicionó su casa como improvisado taller de costura para confeccionar ropa para los soldados de ese ejército de paisanos y gauchos que seguían a su hermano a muerte. En esa campaña Güemes fue ascendido a capitán al considerarlo “un oficial infatigable”.

Cuando asumió como gobernador el 5 de mayo de 1815, su hermana se transformó en una suerte de ministro sin cartera. Cuando Güemes salía en campaña al frente de su División Infernales de Gauchos de Línea, cuerpo creado en septiembre de ese año, ella se ocupaba de todas las cuestiones del gobierno. No había secretos entre ellos.

Había armado una red de espionaje, de la que intervenían mendigos, lavanderas y vendedoras callejeras, que tomaban nota de los movimientos de tropas o enviaban mensajes a través de buzones disimulados en huecos hechos en troncos de árboles. De ella dependió, además del espionaje, la organización y la logística, puestas al servicio de su hermano.

“Era ambiciosa, intrigante y animosa dotada de garbo y hermosura”, la describió el general José María Paz. Era una mujer que, a pesar que venía de una familia de buena posición social, supo hacerse querer por la gente más humilde.

Güemes estaba soltero. Juana Manuela Saravia, hija de uno de sus mejores amigos, era la candidata ideal pero a la joven no le gustó el salteño. Fue su hermana Macacha quien le presentó a María del Carmen Puch y Velarde, una rubia de ojos azules de 18 años, cuyo padre le conseguía los caballos al caudillo. Se casaron el 15 de julio de 1815 en la Catedral de Salta y tuvieron tres hijos: Martín (que llegaría a gobernador), Luis e Ignacio.

Muerte de Güemes

A medianoche, montó su caballo y saltó un piquete enemigo, blandiendo su sable. Cuando atravesaba el segundo piquete, recibió un disparo en la cadera derecha, y el proyectil se le alojó en la ingle. Agonizó en la Cañada de La Horqueta y falleció el 17 de junio, dicen que en brazos de la propia Macacha.

Después de la muerte de su hermano, en septiembre de ese mismo año fue encerrada por orden del gobernador José Antonio Fernández Cornejo junto a otros partidarios. Pero una inédita revuelta, conocida como la Revolución de las Mujeres, provocó su liberación y la renuncia del gobernador.

Siguió interviniendo en la política local y moriría anciana, no un día cualquiera, sino un 7 de junio de 1866, exactamente 45 años después en que su hermano fuera fatalmente herido.

Es que Martín y Macacha era muy unidos, no solo en la vida, sino también en la muerte.

Fuente: Infobae

Los comentarios están cerrados.